Edificaciones que discriminan a los Adultos Mayores.
Las Edificaciones no aptas para Adultos Mayores son aquellas que dificultan la movilización lo que se convierte en un problema que conlleva graves consecuencias. No solo implica dificultad para poder desplazarse, sino también abarca el no poder comer solo, no poder visitar a un amigo, no ir al cine, no poder hacer la compra, no poder salir a pasear, en fin , no poder interrelacionarse con la sociedad…
Las personas que necesitan silla de ruedas o bastones, precisan de unos espacios mínimos para poder maniobrar. Esto no implica obligatoriamente mayor superficie, sino una adecuada distribución, un mobiliario adaptado y práctico.
Pero no es suficiente con adecuar la casa de la persona adulta mayor. Sino que es imprescindible que todos los edificios tengan fácil acceso, públicos y privados. Es de suma importancia que los pavimentos sean anti-deslizantes. Que en los ascensores quepa la silla de ruedas, que el semáforo este adaptado para el adulto mayor. En fin cambios no solo de fondo sino también de forma.
Definición
Se entiende por barrera arquitectónica todo impedimento, traba u obstáculo que dificulte o impida la libertad física o sensorial de las personas.
Las personas mayores en razón de las consecuencias propias de la edad y su estado de salud, pueden llegar a tener algunos límites para relacionarse con su medio; estos límites pueden ser:
- De carácter físico. Es decir dificultades en los movimientos que les permiten realizar actividades diarias y básicas de su vida cotidiana como: subir escaleras, salvar desniveles, realizar giros al caminar,
- De carácter sensorial. Pérdida de vista, audición, etc., que les impida la libre circulación por su ciudad o lugar de residencia, o les reduzca la capacidad para todo ello.
Los seres humanos necesitamos relacionarnos con nuestro medio para vivir de una manera independiente. Las estructuras arquitectónicas que nos lo impiden pueden ser clasificadas en cuatro grupos.
Barreras Arquitectónicas Urbanísticas.
Aquí nos referimos a los obstáculos que dificultan o impiden la movilidad en espacios urbanos tales como vías públicas, y espacios de uso común (parques, jardines, plazas…), tanto en los componentes propios de las obras de urbanización: pavimentos, escaleras, alcantarillado, instalaciones de luz, de abastecimiento de agua, jardinería, etc., como en el mobiliario urbano del que están dotados estos espacios: semáforos, postes de señalización, cabinas telefónicas, fuentes, cabinas de teléfono, toldos, marquesinas, kioskos, etc.
Como norma general se trata de eliminar en estos espacios todos los componentes y materiales que dificulten la movilidad de las personas que tienen limitada su movilidad y capacidad de percepción. En el caso del mobiliario urbano, se trata de instalar los que en su diseño, resulten accesibles, no obstaculicen el tránsito o si tienen que tener un carácter informativo, que la información que deben suministrar sea comprensible por cualquier persona con capacidad sensorial limitada.
Barreras Arquitectónicas en la Edificación.
Se recomiendan medidas arquitectónicas que hagan posible la accesibilidad en los edificios tanto de uso público como de uso privado. De esta manera las construcciones deberían ser:
- Adaptados o accesibles. Pueden ser utilizados cómodamente y de forma autónoma por personas discapacitadas o en general que sufran algún tipo de limitación física y sensorial.
- Practicables. Estos no reúnen todos los requisitos citados en la categoría anterior. Pueden ser utilizados de forma autónoma por personas con movilidad reducida o que sufran algún otro tipo de limitación.
- Convertibles o adaptables: Pueden convertirse como mínimo en practicables realizando modificaciones de escasas o de bajo coste.
Barreras Arquitectónicas en los Transportes.
Es incomprensible que existan barreras en los medios de transporte y que estos no estén adaptados a las necesidades de las personas adultas mayores. O que en el mejor de los casos este adaptados pero que quien los conducen hagan caso omiso a estas necesidades…
En España por ejemplo, existe la normativa que obliga a contar con un vehículo especial o taxi en poblaciones con un número superior de habitantes determinado o por determinar por parte de cada Comunidad Autónoma. De este modo se cuenta con trasporte especial adaptado al adulto mayor.
En Ecuador, si bien existen disposiciones municipales y centrales que obligan al transporte público a poseer vehículos adaptados para personas con movilidad reducida, en muchas ocasiones estas están en mal estado o lo que es peor no son utilizadas. Sin mencionar que muchos servicios públicos no cuentan con paradas especiales para poder acceder o que ni siquiera se detienen para no recoger a quienes pagan medio pasaje.
Barreras Arquitectónicas en la Comunicación Sensorial.
Por último, en el caso de que la discapacidad sea visual, se necesitan recorridos táctiles por medio de cambio de pavimentos. Señales auditivas perfectamente reconocibles en los cruces regulados por semáforos. Que los recorridos adaptados no presenten obstáculos como registros de suministros que confundan al invidente y lectura en braile de manera normalizada.
En resumidas cuentas, la mayor barrera arquitectónica es la de la mentalidad de los que están empeñados en definir al espacio arquitectónico, teniendo en cuenta las necesidades de la mayoría de las personas e ignorando por completo quienes tienen necesidades especiales o movilidad reducida.
Fuente:
Arquitectura y envejecimiento. Hacia un hábitat inclusivo. Debora Di Veroli, Eduardo Schumunis. Nobuko
Sobre el Autor:
Dr. Diego Mendoza Panta
Especialista en Geriatria y Gerontologia. PUCE Ecuador.